Punto Panameño
Cada cambio de movimiento lo adornan con giros sobre sí mismos y vueltas. Estas figuras descritas se repiten en su orden, dos o tres veces. Si la pareja se luce, la concurrencia estalla en aplausos y hasta hay monedas que ruedan por el suelo, en su honor. Muchas veces los músicos, entusiasmados, han rendido su homenaje a los bailadores notables, ‘doblando’ los tambores como designan ellos al acto de inclinarlos frente a los pies de la dama.
Es esencial para la pareja que baile el Punto llevar el vestuario indicado, es decir, la mujer con su pollera de lujo, con todos los adornos que ésta requiere y el hombre con su camisilla, pantalones largos, “cutarras” o zapatos y sombrero de Panamá. En un grupo de aficionados se debe tratar de que la pollera de la muchacha que baile el punto se distinga del resto, ya bien en el color o por llevar más cantidad de cadenas y tembleques.
La orquesta del PUNTO la conforman un violín, o, un acordeón; una flauta; la guitarra española y ahora un tambor y hasta la caja. Nuestros informantes de mucha edad, nos han dicho que en tiempo “de antes” no usaban tambor. Existen variantes entre las diferentes regiones de nuestro país con respecto a su ejecución.
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